martes, 1 de junio de 2010

Alcoholismo contagio familiar



Juanita, mi prima, amaba mucho a su novio Carlos; por lo tanto, decidió casarse con él. A ella le parecía que era el hombre perfecto; amable, cariñoso, atento. Sólo tenía un defectito; a Carlos le gustaba tomar cervezas los fines de semana y algunas veces se le pasaban las copas. ¡Eso no es problema ¡ -decía Juanita- con mi amor y cariño no va a necesitar esos excesos.
Después de 6 años de casada y 2 hijos, Juanita no ha podido hacer nada con respecto a la forma de beber de Carlos. El ha incrementado su consumo de alcohol poco a poco hasta tomar casi a diario. Ella vive angustiada por el comportamiento del alcohólico. Reacciona ante sus acciones, quiere controlar su bebida, siente vergüenza; lo acusa constantemente y vive reprochándole sus actitudes. Todo su pensamiento se concentra en lo que hace Carlos, lo cual resulta agobiante y agotador.
La historia de Juanita no es extraña; cuando se desconoce lo que es la enfermedad del Alcoholismo no hay forma de encontrar una salida. El alcohol contagia a la familia y hace de ella un verdadero infierno.
Pero veamos primero ¿Qué es la Familia?
La familia es una estructura formada por varios elementos entre los que existen relaciones a través de las cuales se influencian y determinan mutuamente las partes y el conjunto; cada uno tiene una función que desempeñar y lo que le pasa a cada miembro influye en el pensar, sentir y actuar de los otros. (Akerman 1970)



La Familia tiene 2 funciones principales:

Satisfacer las necesidades físicas de alimentación, abrigo, protección y construir un ser humano social; proveerlo de una identidad individual y familiar a través del trato y la convivencia cotidiana.

El alcoholismo es una enfermedad que produce un gran impacto emocional en los miembros de la familia más cercanos al alcohólico. Los que resultan más afectados son: El cónyuge, los padres, los hermanos y los hijos. Cuanto más se disimulen las emociones de estas personas, menos adecuada será la ayuda que puedan recibir. La influencia recíproca entre los familiares y el alcohólico puede ser, y casi siempre se torna más bien en destructivas que en constructivas.
En estas condiciones difícilmente la familia que convive con un alcohólico puede cubrir las necesidades de sus miembros y formar seres humanos física, mental y emocionalmente saludables.


ALTERNATIVAS DE SOLUCION:

La mejor defensa de la familia contra el impacto emocional del alcoholismo es conseguir un verdadero conocimiento de la enfermedad, y adquirir la madurez emocional y el valor necesario para ponerlo en práctica.
¿Qué puede hacer Juanita y otras familias quienes están conviviendo con un enfermo alcohólico?
Por medio de Un trabajo de evaluación, buscar soluciones que vallan de acuerdo a sus necesidades y la de los miembros de la familia.
Acudir a los grupos de autoayuda Al-anon quienes por más de 60 años han enseñado a las familias cómo convivir con un enfermo alcohólico.
Tomar un tratamiento de Psicoterapia Familiar con un profesional que conozca la problemática del Alcohol.
Usted no está sola (o) con el problema, hay muchas familias que han salido adelante cicatrizando heridas y reconstruyendo las relaciones desechas por el alcohol a través de los tratamientos adecuados, solamente necesita VALOR PARA CAMBIAR.

Lic. Maria del Carmen Domínguez Berlanga.
Psicoterapeuta.






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